Saltar al contenido principal
Historias de Noruega

El épico viaje del skrei

Desde la época de los vikingos, cada año los noruegos celebramos con júbilo la llegada del skrei, el rey de los bacalaos. Hoy, este milagro estacional es también todo un acontecimiento para foodies y chefs de todo el mundo. 

El épico viaje del skrei
«Abróchense los chalecos salvavidas, ¡zarpamos!», avisa una voz seria desde un silencioso muelle de Lofoten.

Tras varios días de nevadas, gélidas ventiscas y espesas nieblas en las blancas cumbres, Henningsvær, una pequeña localidad del municipio de Vågan, muestra por fin su sonrisa azul bañada por el sol. Son las 6.00 a.m. y comienza a resonar en la bahía un coro de motores.

¿Buscando recetas con skrei? Hace click aquí para ver un folleto sobre el skrei.

Parece que hoy será un gran día para pescar skrei, nombre con el que los noruegos se refieren al bacalao del Atlántico noruego en época de desove.

Inmensos bancos de delicioso oro blanco

Año tras año, miles de millones de ejemplares de este exclusivo visitante vuelven a las aguas de Vestfjorden, al norte de Noruega.

En noruego, skrei significa «nómada» y es una referencia inequívoca al trayecto de 1.000 km que este bacalao completa cada año desde el gélido mar de Barents hasta las aguas algo más cálidas de la costa norte de Noruega en las que desova. El epicentro de este acontecimiento estacional son las islas de Lofoten y Vesterålen.

El skrei es una variedad estrictamente estacional, y su pesca se desarrolla bajo una estrecha vigilancia. Cada año, los habitantes de Noruega aguardan ansiosos la vuelta de su exclusivo bacalao de temporada, cuya calidad y sabor sublimes son apreciados por un número cada vez mayor de entendidos en todo el mundo. La travesía a través de las bravas aguas del mar de Barents es la que aporta al skrei su distintiva carne firme, blanca y magra.

Disponible únicamente en invierno, el skrei fresco se ha convertido en una de las exportaciones noruegas más codiciadas y apreciadas por los chefs de algunos de los restaurantes más exclusivos del mundo. El skrei es, además, el único producto del mar de todo el planeta que cuenta con una unidad de control de calidad propia que trabaja durante la temporada para garantizar que conserva todas sus cualidades en su tránsito desde el mar hasta la mesa.

Algo importante está sucediendo

De vuelta a Lofoten, febrero toca su fin. La temporada del skrei no ha hecho más que empezar, y parece que algo está sucediendo. Algo importante. Llegan noticias fiables de avistamientos de inmensos bancos de skrei que por fin nadan en dirección sur, donde los pescadores más experimentados aguardan pacientes su llegada.

No hay duda de por qué Arve Guttelvik, el armador y capitán del pesquero Storstein, se muestra tan contento. Tras verse obligado a permanecer un tiempo en el dique seco por problemas mecánicos, Arve está preparado para probar suerte y poner a prueba su pericia un año más. Hoy, incluso estrena gorro para la ocasión, como si tratase de impresionar a los pescadores aficionados que visitan su barco esta mañana:

«Los auténticos pescadores pasan, no un rato, si no todo el día ahí fuera».

Aviso a navegantes. Zarpamos hacia las aguas abiertas.

Alabado sea el bacalao

«Por todos los demonios», exclama extrañado un veterano tripulante al comprobar que parte del equipo se ha atascado mientras trata de sacar las redes horas después.

Improperios como este - además de otras ingeniosas palabrotas y antiguos conjuros -conforman el acervo pesquero tradicional del norte de Noruega, en el que por su puesto se incluyen también un buen puñado de supersticiones. ¿Sabías, por ejemplo, que pasar la noche con tu amante antes de hacerte a la mar garantiza, según dicen, una pesca excelente?

Sin duda, el bacalao ha sido uno de los principales productos de exportación noruegos desde la época de los vikingos. Además del sustento más importante de la región, la especie es desde tiempos inmemoriales una fuente de ingresos esencial, y también motivo de orgullo para muchos de los habitantes de la costa norte.

Como bien dijo Eivind Holst, alcalde de Vågan, antes del Campeonato Mundial de Pesca de Bacalao del año pasado: «Esta aventura invernal anual del bacalao lleva garantizando a los habitantes de Lofoten una cómoda fuente de alimento desde hace 10.000 años. Cientos de generaciones de pescadores y sus familias han sobrevivido en la costa noruega gracias a Lofoten y a sus recursos».

Un pescado sostenible que causa sensación

En 2019, la pesca del bacalao del Atlántico noruego no pasa tanto por la supervivencia pura y dura como por el aprovechamiento de los recursos marinos de una forma rentable y sostenible a partes iguales. Es más, este último aspecto, el de la sostenibilidad, es esencial en Noruega.

De hecho, las poblaciones de bacalao del Atlántico noruego se han clasificado como poblaciones con plena capacidad reproductiva por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, por lo que su captura se considera sostenible. De modo que, por lo que parece, esta fuente de recursos seguirá disponible por mucho tiempo.

A bordo del Storstein, el capitán Arve Guttelvik y su tripulación ponen rumbo al puerto de Henningsvær a última hora de la tarde. El resultado de la jornada son cerca de 20 toneladas del pescado más delicioso que el océano puede ofrecer.

Restándole importancia a la captura, el más veterano de la tripulación suelta el típico.

No ha ido mal. Nada mal, ¡qué demonios!