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Historias de Noruega

Surcando las olas con la policía del mar

La Guardia Costera vigila a todas las embarcaciones de pesca noruegas y extranjeras patrullando la frontera, inspeccionando las capturas, supervisando la actividad y, lo que es más importante, actuando como un agente vital y de confianza dentro de la comunidad marítima.

Surcando las olas con la policía del mar

En Kirkenes, un municipio de Finnmark, la región más septentrional de Noruega, un inmenso casco gris avanza majestuoso entre el hielo invernal. La embarcación, bautizada como KV Farm, es propiedad de la Guardia Costera Noruega y ha zarpado para inspeccionar pesqueros de arrastre, embarcaciones locales y pescadores de cerco durante las próximas semanas.

Sin embargo, la misión tendrá que esperar. Los -27 °C han congelado literalmente todo, y la mayoría de embarcaciones se han visto obligadas a detener sus actividades.

Un mundo de contrastes

Tres semanas después, el Farm se encuentra atracado en la Base Naval de Sortland, donde el comandante Stig Flått y su tripulación están listos para desembarcar. En Sortland las temperaturas superan ya ampliamente los cero grados y se perciben los primeros indicios claros del comienzo de la primavera, lo que da una idea de los enormes contrastes de las condiciones a las que se enfrenta la Guardia Costera en su vigilancia de la costa norte de Noruega. El equipo también debe ocuparse de una ingente cantidad de tareas diferentes. El comandante Stig Flått nos explica que la tripulación de la Guardia Costera está a las órdenes de varias instituciones —incluida la Armada Real de Noruega, la Administración de Costas de Noruega, la Policía y las autoridades aduaneras - y que en el desempeño de su labor no hay dos días iguales.

«Dedicamos el 70% de nuestro tiempo a controlar la pesca y los recursos, pero siempre hay un montón de cosas más que hacer, como patrullar la frontera, realizar trabajos de recuperación de petróleo y remolcado, llevar a cabo labores de vigilancia medioambiental, colaborar en investigaciones marinas, búsquedas y rescates... Y así una larga lista», comenta el comandante.
«Si tuviera que quedarme con el aspecto más esencial de nuestro trabajo, diría que es estar presentes en las comunidades costeras, comunicarnos con los representantes de la industria pesquera, y ayudar a las personas cuando las cosas no salen como se esperaba. Esto es lo que más satisfacción me da de mi trabajo».
En pocas palabras, estamos al tanto de todo lo que sucede en la costa noruega en todo momento.
Comandante Stig Flått
Guardia Costera Noruega
Hasta el momento, la estrategia de Noruega que consiste en contar con una presencia física respaldada por las últimas tecnologías ha sido la más eficaz.
Stein-Åge Johnsen
Jefe de sección de la Jefatura

La importancia de la presencia física

La agencia gubernamental que más estrechamente colabora con la Guardia Costera es la Jefatura Noruega de Pesca. Juntas, ambas instituciones trabajan activamente para garantizar la preservación del modelo ambiental noruego tanto en el mar como en la tierra. Desde un punto de vista práctico, su labor incluye asegurar unas prácticas comerciales justas, el cuidado del patrimonio pesquero, la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y la calidad, todos ellos valores de gran importancia para los noruegos.

Stein-Åge Johnsen, jefe de sección de la Jefatura, explica el contexto histórico en el cual nació la «policía del mar». «La actual Guardia Costera se creó hace 42 años como consecuencia de la ampliación del territorio marítimo de Noruega a una zona de explotación económica de 200 millas náuticas. Su principal responsabilidad era, y sigue siendo, hacer valer la soberanía y la legislación de Noruega en la zona. Sin embargo, a esta labor han ido sumándose varias otras tareas importantes de carácter social».
Al preguntarle por la cooperación entre la Guardia Costera y la Jefatura Noruega de Pesca, Johnsen se deshace en halagos: «Ambas organizaciones hemos trabajado juntas en varios proyectos de éxito», comenta elogiando el enfoque práctico que la Guardia Costera aplica a la hora de supervisar cuanto acontece en el mar.

Más días buenos que malos

Con algunas notables excepciones —como el famoso incidente de Elektron de 2005, en el que un pesquero de arrastre abordado por dos inspectores noruegos huyó fuera de las aguas noruegas—, los días a bordo de las embarcaciones de la Guardia Costera pasan prácticamente sin incidentes.

De hecho, la gran mayoría de las inspecciones se desarrollan sin mayores sobresaltos, según nos cuenta el comandante Stig Flått. Tan solo entre un 2% y un 3% de los barcos inspeccionados son posteriormente denunciados, la mayoría por delitos menores. Esto es indicativo de que el modelo noruego funciona bien y de que disfruta de una buena aceptación.

«Por supuesto, también nos encontramos con situaciones algo más tensas. Tener que recibir inspecciones de nuestros agentes, en ocasiones varios días seguidos, no debe ser precisamente divertido. Somos conscientes de ello, pero por suerte, la mayoría de pescadores se toman su trabajo con la misma profesionalidad con que nosotros nos tomamos el nuestro: nos reciben a bordo, nos dejan cumplir con nuestra obligación y, finalmente, nos despedimos amablemente», comenta.

Un mundo en constante cambio

En sus 23 años de experiencia como oficial de marina, Flått ha sido testigo de los numerosos cambios por los que ha atravesado la industria pesquera. Aunque el número de embarcaciones se ha reducido, las cuotas de pesca han permanecido sin cambios.

«Evidentemente, todos los aspectos de la pesca se han modernizado en las últimas décadas. Hoy, los barcos parecen más bien laboratorios flotantes, con sus cascos relucientes y sus sofisticadas tecnologías. Es realmente impresionante. Paralelamente, nosotros también hemos experimentado esa transformación en la Jefatura, y nuestros métodos y medios de inteligencia han mejorado drásticamente».

Lo mismo sucede en la naturaleza, donde todo evoluciona constantemente. Ahora, nuevas especies como el cangrejo de las nieves o el cangrejo rojo real pueblan el lecho del mar de Noruega y el deshielo ha ampliado las zonas de pesca hacia el norte. La policía del mar se encuentra sin duda en la vanguardia de la protección de los océanos y nunca deja de adaptarse para garantizar la sostenibilidad de los mares.