La acuicultura noruega comenzó en la década 1970, año en el que criamos en nuestros océanos el primer salmón noruego en jaulas flotantes. A día de hoy, los noruegos seguimos valiéndonos de nuestra experiencia y saber hacer en etología, biología marina y tecnología para garantizar la salud alimentaria de nuestros productos y el futuro del sector. Además, hemos aplicado estrictas medidas para garantizar que permitimos que el sector se desarrolle respetando los ecosistemas.
El cuidado de nuestro pescado
Nuestra dilatada experiencia, sumada al uso de las tecnologías más avanzadas, nos permite realizar un procesado higiénico y seguro de nuestro pescado en todas las fases de la cadena de suministro. Cada piscifactoría debe contar con una licencia de actividad y estar ubicada en una zona que proteja el medio ambiente y las especies locales. De hecho, los criterios que estas deben reunir para poder obtener dicha licencia son altamente exigentes:
Deben estar ubicadas en mar abierto, en las gélidas y cristalinas aguas de nuestros fiordos, y lo suficientemente lejos de las rutas de tráfico marítimo. El pescado debe disponer de amplios espacios para nadar y crecer en un entorno limpio. Garantizamos un mínimo del 97,5 % de agua por cada 2,5 % de salmón. Una vez aprobado, la planta de producción debe aceptar someterse a estrictas inspecciones periódicas.
Entre un ciclo acuícola y otro, las piscifactorías permanecen inactivas con el objetivo de preservar el entorno natural. Durante este periodo, las condiciones del lecho marino se supervisan exhaustivamente. Restringimos el número de piscifactorías a menos de 750 por cada 28.953 km de costa, y se concede un número limitado de licencias de actividad para evitar el sobredesarrollo del sector. Todo nuestro pescado se trata con el máximo cuidado, no solo porque sea la forma correcta de hacerlo, sino porque afecta realmente a su sabor. Aquellas piscifactorías que incumplen la normativa se enfrentan a importantes sanciones.
Líderes mundiales en acuicultura
Desde que pusimos en marcha nuestras primeras piscifactorías de salmón hace 40 años, los métodos acuícolas noruegos se han desarrollado rápidamente. Hoy, gracias a la estrecha cooperación entre científicos y técnicos agrícolas, estamos determinando si otras especies, como por ejemplo el bacalao y el pez Balder, son aptas para la acuicultura. Un ejemplo de ello es la trucha del fiordo, cuya cría se ha desarrollado gracias a nuestros avanzados métodos acuícolas cultivándose en corrales instalados en aguas abiertas y alimentándose con piensos específicamente formulados para producir una carne de la más alta calidad.
La receta noruega para convertirse en un líder mundial de la acuicultura se basa en la observación de estrictas directrices, la aplicación de una estrecha supervisión y el mantenimiento de un compromiso sostenido con el desarrollo del sector. En este último punto, se incluye la aportación de unas 14,5 millones de libras de inversión anuales por parte de los empresarios acuícolas (además de las inversiones estatales) para financiar proyectos de investigación y desarrollo.