Bacalao

El bacalao del Atlántico noruego es un pescado blanco de la familia de los gádidos. A diferencia de otras especies, como el bacalao del Pacífico, prefiere las aguas frías, que ofrecen un hábitat perfecto para su desarrollo. Las poblaciones más numerosas de este pescado se encuentran en las zonas del océano Atlántico próximas a la costa de Noruega. La abundancia del bacalao en Noruega ha convertido al país y a sus habitantes en expertos en la pesca y en la gestión sostenible de los océanos mediante sistemas estrictos y eficientes de mantenimiento de las poblaciones.  

En las aguas noruegas habitan distintas especies de bacalao salvaje. La más sedentaria es el bacalao de costa, que pasa casi toda su vida en las aguas poco profundas del litoral. El bacalao del Ártico Noroeste, o skrei, vive mucho más al norte, en el mar de Barents, desde donde todos los inviernos se desplaza para desovar frente a las costas de Noruega. Durante este largo trayecto, aumenta su volumen y masa muscular, y reduce su contenido en grasa. En Noruega también se cría bacalao de acuicultura a lo largo de la costa. 

El bacalao del Atlántico noruego ha sido el medio de vida de los habitantes de la costa desde hace miles de años, no solo como alimento, sino también como un artículo comercial. Los primeros habitantes de Noruega llegaron a sus costas hace 11 000 años en busca de territorios donde la pesca fuera abundante, y sin duda los encontraron. Desde entonces, el bacalao, que era una especie especialmente numerosa, ha sido el recurso más importante de la industria pesquera del país. 

El bacalao goza de gran popularidad en la cocina. Su blanca carne tiene un sabor suave que combina muy bien con muchas especias y acompañamientos. Es un ingrediente muy versátil que puede prepararse al horno o a la plancha, cocinarse en guisos o incluso consumirse crudo en platos de sushi. Además, tiene varios nutrientes esenciales. Además de contener ácidos grasos omega 3, vitaminas y proteínas, el bacalao es muy rico en yodo.